En El Surco#3 publicamos “La escuela no te abandona”, una nota sobre la Escuela N° 570 “Pascual Echagüe”. En 2017, en medio de abrazos simbólicos para defender la continuidad de su Proyecto de Avance Continuo (PAC), escribimos “La comunidad no te abandona”, donde te contamos de qué trata y por qué vecinos, organizaciones y docentes lo defendemos y nos abrazamos a la escuela.

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 La “Echagüe” nació en el corazón del barrio San Lorenzo, allá por 1929. En sus inicios acudieron a ella hijos e hijas de trabajadores del Ferrocarril Central Argentino (hoy ex Estación Mitre y Centro Cultural y Social El Birri), y su historia es de lucha y de convicción por la educación pública. Con la recuperación de la democracia en 1983, un grupo docente se embarcó en un camino para transformar su forma de enseñar y aprender, haciendo frente al problema de la repitencia y la deserción escolar. Nos cuentan las docentes que “fueron varios años de ensayo y error, de leer y capacitarse mucho y de probar diferentes cuestiones que iniciaron con la utilización de tarjetas y con agrupamientos dentro del mismo salón. Esas experiencias fueron cambiando según las necesidades de los chicos, según lo que se iba observando y lo que la asamblea de docentes fue pensando y criticando sobre sus propias prácticas. Todo eso devino en lo que es hoy el PAC”, una práctica totalmente innovadora.

La escuela se transformó en la forma de organizarse, de enseñar y de aprender, de entender la niñez y el derecho a la educación. La experiencia atiende desde sus inicios a pedagogías y didácticas específicas para el contexto vulnerado en donde se desarrolla.

  Una escuela de puertas abiertas

  La particularidad de la “Echagüe” es su Proyecto de Avance Continuo, que es la metáfora de una escuela con las puertas bien abiertas. Los pilares fundamentales de su proyecto son talleres individualizados, agrupamientos flexibles (de acuerdo al cumplimiento de objetivos y trayectorias escolares), evaluación-autoevaluación permanente, asambleas mensuales y consejo de convivencia.

  Ante el regresivo intento — por parte de la supervisora de turno — de terminar con el PAC y volver a la forma graduada, defendemos firmemente continuar el avance continuo, ya que “es una forma clara y concreta de defender el derecho a la educación de niños y niñas. Es una manera de abrir la puerta a aprendizajes felices que no implican altos montos de frustración, de negación de sí mismo, de la propia palabra ni de la pregunta”. Defender el PAC es defender una comunidad que avanza atendiendo a las posibilidades concretas de cada sujeto, que tiene claro su derecho a la educación y cómo quiere construirlo.